Las personas que fuman o tienen diabetes pueden estar en mayor riesgo de calcificaciones en una región del cerebro crucial para la memoria, el hipocampo, según un nuevo estudio cuyas conclusiones se detallan en un artículo publicado en la edición digital de la revista ‘Radiology‘. 

La demencia es un importante problema de salud pública que afecta a decenas de millones de personas en todo el mundo y uno de los focos de investigación de la demencia ha sido el hipocampo, una estructura cerebral importante para el almacenamiento de recuerdos tanto a corto como a largo plazo. La enfermedad de Alzheimer, el tipo más común de demencia, está asociada con la atrofia de esa zona del cerebro. 

Los investigadores han planteado la hipótesis de que las acumulaciones anormales de calcio o calcificaciones en el hipocampo pueden estar relacionadas con problemas vasculares que podrían contribuir a la atrofia del hipocampo y el posterior deterioro cognitivo. Sin embargo, la investigación publicada sobre la asociación entre la calcificación del hipocampo y el deterioro cognitivo es limitada. 

«Sabemos que las calcificaciones en esa zona son comunes, especialmente al aumentar la edad», dice la autora principal del estudio, Esther J.M. de Brouwer, geriatra en el Centro Médico de la Universidad de Utrecht, Países Bajos. «Sin embargo, no sabíamos si las calcificaciones en el hipocampo se relacionaban con la función cognitiva», añade. 

Los avances en las imágenes han proporcionado oportunidades para explorar el papel de las calcificaciones en esa zona del cerebro en la demencia. El desarrollo de tomografías computarizadas cerebrales multiplanar ha permitido distinguir mejor entre las calcificaciones del hipocampo y las calcificaciones en las estructuras cerebrales cercanas, como el plexo coroideo. 

«Una tomografía computarizada multiplanar permite ver el hipocampo en diferentes planos anatómicos, por ejemplo, de arriba a abajo, de derecha a izquierda y de adelante hacia atrás –dice Brouwer–. Antes de las exploraciones de TC multiplanar, las calcificaciones del hipocampo a menudo se confundían con las calcificaciones del plexo coroideo. Por lo tanto, con las exploraciones de TC multiplanar, las calcificaciones del hipocampo se distinguen mejor de las calcificaciones en otras áreas». 

El doctor Brouwer y sus colegas estudiaron la asociación entre los factores de riesgo vascular como la presión arterial alta, la diabetes y el tabaquismo, y las calcificaciones. El equipo también evaluó los efectos de las calcificaciones en la función cognitiva. 

El grupo de estudio incluyó a 1.991 pacientes, con una edad promedio de 78 años, que habían visitado una clínica de memoria en un hospital holandés entre 2009 y 2015. Se había realizado a los pacientes un estudio de diagnóstico estándar que incluía pruebas cognitivas y tomografías computarizadas cerebrales. Los investigadores analizaron las tomografías computarizadas para determinar la presencia y la gravedad de las calcificaciones de esa zona del cerebro. 

De los 1.991 pacientes, 380, o el 19,1 por ciento, presentaban calcificaciones del hipocampo. La edad avanzada, la diabetes y el tabaquismo se vincularon con mayor riesgo de calcificaciones del hipocampo en las tomografías computarizadas. Aunque el estudio no fue diseñado para determinar de manera concluyente si el tabaquismo y la diabetes aumentan el riesgo de calcificaciones del hipocampo, los resultados sugieren fuertemente un vínculo. 

«Creemos que fumar y la diabetes son factores de riesgo –apunta Brouwer–. En un estudio histopatológico reciente, se descubrió que las calcificaciones del hipocampo eran una manifestación de la enfermedad vascular. Se sabe bien que fumar y la diabetes son factores de riesgo de enfermedad cardiovascular. Por lo tanto, es probable que fumar y la diabetes sean factores de riesgo de calcificaciones del hipocampo». 

No hubo un vínculo entre la presencia y la gravedad de las calcificaciones y la función cognitiva; un hallazgo sorprendente –según Brouwer– con varias explicaciones posibles. «El hipocampo se compone de diferentes capas, y es posible que las calcificaciones no dañen la estructura que es importante para el almacenamiento de la memoria –afirma–. Otra explicación podría ser la selección de los participantes de nuestro estudio, todos provenientes de una clínica de memoria».