Diversos estudios científicos han mostrado una asociación inversa entre el consumo de lácteos y el riesgo de padecer Diabetes Mellitus tipo 2. Un ejemplo de ello es el análisis realizado por Pittas et al., 2016 que concluyó que el riesgo de padecer diabetes era un 14% menor en aquellos individuos con un consumo de lácteos situado en el quintal más alto (3-5 raciones al día), comparados con los que se encontraban en el quintal más bajo (menos de 1,5 ración al día).

Este mismo dato, se recoge en el informe de “Evidencias científicas sobre el papel del yogur y otras leches fermentadas en la alimentación saludable de la población española” de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD) publicado en 2013 en la revista de Nutrición Hospitalaria.

Asimismo, el consumo de lácteos puede desempeñar un papel importante en la etapa de periconcepción. De hecho, el estudio de Osorio-Yañez et al., 2016 mostró que grandes consumos de calcio, particularmente los bajos en grasa, se asociaron con bajo riesgo de diabetes gestacional.

Por ello, la FESNAD recomienda el siguiente consumo de lácteos según los diferentes grupos poblacionales:

  • Adultos: 2-3 raciones/día
  • Niños: 3-4 raciones/día
  • Adolescentes: 3-4 raciones/día
  • Mujeres embarazadas, en período de lactancia o menopausia: 3-4 raciones/día
  • Tercera edad: 2-4 raciones/día

Cada ración equivale a un vaso de leche de 200 ml, 2 yogures, 125 g de queso fresco, 30 g de queso semicurado o 20 g de queso curado, como ejemplos.

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Según afirma Ascensión Marcos, presidenta de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética FESNAD: “En nuestro país, entre un 30 y un 45% de adultos ingiere un número de raciones de lácteos insuficiente”. Por ello, no debemos olvidar que los productos lácteos son la principal fuente de calcio en la dieta y contienen una amplia variedad de micro y macronutrientes, como la vitamina A, ácido fólico, magnesio y zinc, además de ser una fuente importante de proteínas y contar con una amplia variedad de ácidos grasos”, por lo que tienen múltiples beneficios para nuestra salud y pueden contribuir a la prevención de enfermedades como la diabetes de tipo 2 o la osteoporosis, entre otras”.