Las mujeres con diabetes que beben café o té con cafeína regularmente pueden vivir más tiempo que aquellas que no consumen cafeína en absoluto, según una nueva investigación que se presenta en la Asociación Europea para la Reunión Anual de Estudio de Diabetes (EASD) en Lisboa estos días.

Lo primero que deberíamos indicar es que se trata de un estudio observacional y que sugiere ese efecto protector de la cafeína y no una solución al problema de la muerte en mujeres con diabetes. Este estudio encontró que cuanto más mujeres consumían cafeína menor era su riesgo de morir en comparación con aquellas que nunca consumieron cafeína.

Es importante destacar que el efecto protector variaba en función de la fuente de la cafeína: Por ejemplo aquellas mujer con mayores niveles de consumo de cafeína del café tuvieron un menor riesgo de muerte por cualquier causa, particularmente de enfermedad cardiovascular; mientras que las mujeres que consumieron más cafeína derivada del té fueron menos propensas a morir de cáncer.

Más del 80% de la población adulta del mundo consumen cafeína diariamente, principalmente de café y té. El consumo medio diario de café es entre 100 mg y 300 mg por día, dependiendo de la edad y el país. Muchos estudios han demostrado el efecto benéfico de beber café sobre el riesgo de muerte en población general, pero se sabe poco sobre el papel de la cafeína en la mortalidad de personas con diabetes.

En este estudio, un grupo de médicos de diversas instituciones portuguesas analizaron la asociación entre los niveles variables de consumo de cafeína y la mortalidad en 3.000 hombres y mujeres con diabetes entre los años 1999 a 2010.

Durante el curso de los 11 años que duró el estudio, 618 personas murieron. Los investigadores encontraron que las mujeres con diabetes que consumían hasta 100mg por día (una taza regular de café) tuvieron un 51% menos de posibilidades de morir que las que no consumía cafeína; las mujeres con diabetes que consumieron 100-200mg por día tenían un 57% menos de riesgo de muerte en comparación con los no consumidores, y para aquellas que consumieron más de 200 mg por día (2 tazas regulares de café) el menor riesgo de muerte fue del 66%.

Esta asociación fue independiente de factores influyentes, incluyendo edad, raza, nivel de educación, ingreso familiar anual, tabaquismo, índice de masa corporal, la ingesta de alcohol, la presión arterial alta y la enfermedad renal diabética.

Los autores concluyen: «Nuestro estudio mostró una protección del consumo de cafeína en la mortalidad entre las mujeres. El efecto sobre la mortalidad parece depender de la fuente de cafeína, sobretodo en mortalidad cardiovascular y mortalidad por cáncer. Sin embargo, el estudio no puede demostrar que la cafeína reduce el riesgo de muerte, pero sólo sugiere la posibilidad de su efecto protector”