Abejas, cuantos secretos y bondades guardan en su interior ¿verdad? En Los Alamos, Nuevo México se podría estar gestando en estos momentos uno de esos proyectos que cambian la vida de millones de personas y que tiene como protagonistas a las abejas, esas que siguen desapareciendo sin causa justificada.

Al margen de la situación que las propias abejas están padeciendo, lo cierto es que un grupo de estudiantes extranjeros que se ha hecho llamar Bee Healthy  se acaba de asociar con el Laboratorio Nacional de Los Alamos y con el Centro Joslin para la diabetes con el fin de investigar y comprobar si las abejas pueden detectar la diabetes. Es decir, que se conviertan en un detector natural de la presencia de diabetes en las personas. De hecho los estudiantes tienen la esperanza de que la idea se pueda convertir en una herramienta auto-sostenible para la detección de diabetes en los países del tercer mundo donde la escasez de recursos es patente.

Según la Organización Mundial de la Salud, la prevalencia de la diabetes se ha acelerado al máximo en las zonas urbanizadas de los países en desarrollo, debido a factores de mayor riesgo como la falta de actividad física y el fácil acceso a la comida rápida. La amenaza de la diabetes en los países en desarrollo es particularmente preocupante, ya que más de un tercio de las personas que viven con diabetes no son conscientes de su situación de salud. El diagnóstico tardío y el retraso en la gestión de la diabetes puede llevar a muchas complicaciones de salud y una mayor tasa de morbilidad.

Los cinco estudiantes compiten por el Premio Hult, uno de los más prestigiosos del mundo. El ganador recibirá 1 millón de dolares para poner en marcha su proyecto. El ganador será anunciado el próximo mes en Nueva York.

El sistema es sencillo. Una vez cazadas se ponen las abejas en unos arneses diminutos y las entrenan para que estas saquen la lengua cuando huelan altos niveles de acetona. Las personas con diabetes a menudo tienen mayores concentraciones de acetona en el aliento. Las abejas detectan el olor y entonces reciben una recompensa de agua con azúcar. Una vez entrenadas las abejas sólo asomaban sus lenguas con el olor.

A continuación os dejamos el vídeo del reportaje emitido hace unos días en una televisión local americana.